10 Ago Difusión
Tiempo de lectura: 3 minutosEn esta época de la hiper-conexión, de la catarata de titulares, del vencimiento instantáneo, de la viralización y los fake-news, cada vez es más importante y desafiante comunicar y comunicar bien.
Las redes sociales y su propuesta de hágalo ud. mismo han puesto al alcance de todos, herramientas de difusión que permiten borrar con el pulgar todo lo que llevo mucho tiempo construir.
En una sociedad que se reparte entre política y fútbol, pasar del amor al odio con un like, un reteweet o un comentario errado, suele opacar lo que realmente se quería contar.
Nos hemos preparado y capacitado para estar a la vanguardia en el manejo de la comunicación de las actividades aeronáuticas. ¿Es prudente desacreditar a un usuario por decir Avioneta?, ¿Es lógico que el AeroClub sólo muestre fotos de asados?, ¿Vale la pena invertir en publicidad de Facebook porque llegaremos a cientos de miles de personas con nuestro banner? ¿Está bien que hasta la web de la autoridad aeronáutica haya utilizado fotos sin solicitar autorización a sus autores?
Contar, ser escuchado por las personas apropiadas y que nuestra historia genere algo en ellas, no es sencillo. Creemos que día a día hay historias que vale la pena ser bien contadas, tal vez es muy tentador subir una foto y hacer un comentario sobre lo que pasó, pero desde Volemos recomendamos hacerlo como parte de un plan de comunicación.
Tenemos la fortuna de estar cerca de una actividad que despierta toda clase de sensaciones, que ha sido un sueño para el hombre desde siempre, entonces debemos esforzarnos para ser efectivos al contar sobre el vuelo de bautismo que hizo el abuelo, o el paseo del que participaron los niños del barrio, o del examen que aprobó el alumno más reciente. Incluso las grandes compañías aéreas suelen referirse a algo tan trascendental como la apertura de una ruta o la llegada de su aeronave más moderna con datos demasiado fríos que no transmiten nada más excepto que viajarán desde el punto A al punto B una vez por semana.
Las grandes historias, muchas veces se hacen grandes por la forma en la que son contadas.
Ponemos nuestra pasión en preparar la foto y el video que utilizaremos, en elegir las palabras que más impacten al lector, en invitarlo a vivir semejante experiencia y compartirla.
A modo de ejemplo, ¿quién no escuchó esta historia que publicamos en 2015? “Con 77 años comandó su avión monomotor desde Uruguay hasta Estados Unidos”
Se dice que los medios de prensa soportan hasta 3 accidentes de aviación y luego ya deben cambiar de tema, esto es lo que genera que cuando un hecho conmueve a la opinión pública pareciera que volar es algo muy poco seguro. ¿Pero cuántas buenas historias pueden soportar los medios?
Hacemos hincapié en rescatar del ruido constante esas historias y utilizamos todas nuestras herramientas para darles la difusión apropiada.
Hace unos días atrás, en la conferencia de prensa para informar que un avión más grande uniría la ciudad A con la ciudad B, todo parecía ser igual que siempre, transcurrían los minutos mostrando fotos de los destinos, el espacio entre los asientos, la cantidad de habitaciones de hotel disponibles, hasta que llegó el turno del último panelista. Se puso de pie, tomó el micrófono y cumplió con lo esperado, pero lo hizo sorprendiendo a todos por su carisma, su desfachatez, su originalidad, su humor, su interés en ser escuchado. El salón se llenó de aplausos y todos nos retiramos con ganas de hacernos esa escapadita de fin de semana a la que fuimos invitados.
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