Destacada actuación celeste en Mundial de Planeadores

Destacada actuación celeste en Mundial de Planeadores

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La edición número 32 del Campeonato Mundial de Vuelo a Vela celebrada el pasado mes de enero en Buenos Aires, bajo la supervisión de la Federación Aeronáutica Internacional FAI, contó con la participación del equipo del Centro Uruguayo de Planeadores en representación de nuestro país.
Las tres categorías de competencia (Standard, Club, Mundo) sumaron equipos representando más de 20 países y casi un centenar de pilotos. El capitán del equipo celeste Fernando Gargiulo nos comentó sobre la satisfacción de todo el equipo por el desempeño del piloto Cristián Marcaida, quien a medida que transcurrían los días de competencia se acercaba cada vez más a los puestos de vanguardia y de haber durado unos días más la competencia, sin dudas podría llegar a los primeros lugares.
Es de destacar que Uruguay utilizó una aeronave perteneciente al Club de Planeadores Cóndor de Zárate, República Argentina, ya que el Centro Uruguayo de Planeadores no posee una aeronave de competencia. Se trata de un modelo Mini Nimbus fabricado por Schempp Hirth, matrícula deportiva CO.
La pericia del piloto celeste le permitió adaptarse rápidamente a la aeronave y conquistar el puesto 12 en 41 competidores de la Clase Club.
¿Cómo son las pruebas de una competencia de este tipo?
La competencia en si es una carrera de velocidad, gana el que haga más kilómetros en menos tiempo.
Hay dos tipos de prueba:
– AAT (Asigned Area Task) en donde al competidor se le dan distintos waypoints a partir de los cuales se abre un área de vuelo. El piloto debe realizar la mayor cantidad de kilómetros tocando todas las áreas, y volver al punto de partida en un tiempo pre-fijado
– AST (Asigned Speed Task) en donde el competidor debe bloquear una serie de waypoints y volver al punto de partida en el menor tiempo posible.

En cualquiera de los dos casos, las distancias a recorrer suelen ir desde los 150 km a los 500 km. ¿De qué depende la distancia de la prueba?, de las condiciones meteorológicas; cuanto mejor sea el día en cuanto a potencia de las térmicas, techo de las mismas, y duración de las buenas condiciones, más larga puede ser la prueba.

Cuando las condiciones son propicias para el despegue, sobre el medio día o primera hora de la tarde, el planeador que realiza el sondeo (la comprobación del estado del día) brinda información a los jueces para que éstos decidan qué prueba se corre.
Luego de seleccionada la prueba y comunicada a todos los pilotos, se realiza el “envuelo de toda la caja”, o sea, se remolcan todos los planeadores uno a continuación del otro, hasta una altura de 600 metros. Este proceso se realiza con 12 a 14 aviones de remolque y todo el proceso lleva una hora aproximadamente. Transcurridos 20 minutos desde el último despegue de la Clase, se abre la partida y comienza la prueba.

No es inusual que el día se “corte” más temprano de lo pronosticado (es decir que por la llegada de una brisa marina o una tormenta, por ejemplo) y encuentre a los planeadores lejos aún de la llegada. En ese caso los planeadores aterrizarán fuera del campo, en el mejor lugar que encuentren, produciéndose lo que se conoce en la jerga como “tronada”. En este campeonato se dieron 3 tronadas generales en todas las categorías, y algunos competidores incluso no cumplieron otras pruebas.

En base al piloto que logre la mejor velocidad/performance, se reparten puntos en forma descendente. El ganador puede obtener el total de los puntos previstos para la prueba (por ejemplo 1000 puntos), y los que le siguen obtienen menos puntos considerando la velocidad y la distancia recorrida de cada uno.

Otro dato importante es que la clase Club tenía hándicap, es decir que los distintos planeadores tenían un sistema de suma o resta de puntos en función de su performance. En el caso del Mini Nimbus, este tenía un hándicap de 1,07, es decir que los puntos que obtenía se dividían entre 1,07 (restaba). En una prueba al menos, Cristián ganó pero por este sistema descontó puntos y quedó 5º. La clase Club es la más heterogénea en tipo de planeadores, por eso se aplica el hándicap. Los que compiten con el hándicap 100 se benefician cuando las condiciones de vuelo son más débiles, y lo opuesto sucede cuando hay mucho viento y térmicas fuertes.
Sin lugar a dudas una gran experiencia que contó con el apoyo en tierra de Martín Sardiña y José Marcaida de Argentina, y Ricardo Fuster, Leonel Bonilla y Yamandú Rodríguez, integrantes de la Comisión Directiva del CUP.
En Uruguay, el Club opera regularmente en el Aeródromo “La Alameda” en San Carlos, Maldonado. Su flota actual está compuesta por el planeador Bergfalke III, biplaza, matrícula CX-MBB, el monoplaza LS1-D matrícula CX-RAF, y como remolcador el Piper PA18 CX-BOT.

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Martín Filippi
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Me gusta volar, me gusta su ciencia, la historia de los hombres y mujeres que hicieron realidad lo que parecía imposible. Me gusta lo que la experiencia o el anhelo del vuelo tiene el potencial de modificar en nuestra percepción de la realidad, de los límites, de los desafíos. Dedico una parte importante de mi tiempo libre a impulsar este proyecto, con la visión de que si nos lo proponemos, podemos desencadenar un cambio semejante en aquellos que todavía creen que para volar hacen falta alas.

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